Entrevista a Teresita Cha en la revista Nº 6 del CEBAS

Haciendo Historia
Teresita Cha
"Empezamos a trabajar con sólo veinticuatro hojas de un documento"

Entrevistamos a Teresita Cha, una de las iniciadoras del Proyecto CEBAS en la Escuela Superior de Sanidad, y directora entrañable del CEBAS 1 de La Plata, quien basó su práctica e implementó junto a su equipo el área de dicho programa, con sólidos fundamentos políticos, ideológicos y epistemológicos "Me costó tres años de duelo y reflexión el haberme ido del CEBAS… y si hoy, tras 7 años, me dicen: "¿Querés volver?", digo: ¡Sí!. Fue lo más hermoso que me pasó en la vida…. Aunque hoy tenga otros espacios de trabajo, el CEBAS fue algo muy particular para mí, por la época histórica y por muchos motivos… Nosotros fuimos responsables del CEBAS 1 pero también del área. Creamos el área, la concebimos, la armamos, fundamentamos a la Dirección el por qué era necesaria, cuando éramos dos CEBAS, La Plata y San Martín. En ese momento era director de la Escuela de Sanidad, el Dr. Carlos Cabano, que a pesar de ser un hombre que tuvo un montón de críticas, apoyó muchísimo este proyecto, lo reflotó. Durante su gestión, surgió la importancia de generar un área de Coordinación Provincial frente a la perspectiva de creación de nuevos CEBAS, que hasta ese momento, sólo había nada más que veinticuatro hojas de un documento, con las cuales tratábamos de dialogar para proyectar lo que finalmente construimos."

¿Quiénes fueron los autores de esas 24 hojas iniciales?


Fueron hechas por la gestión de Maluca Cirianni- que en ese momento era jefa de Enfermería-, junto a Ester Motrel y otras pedagogas, y lo habían trabajado con una comisión de la Dirección General de Escuelas tratando de acordar algunas cosas que articulaban la formación general con la formación profesional de enfermería. Este proyecto luego queda archivado. Y al retomarlo nosotros, propusimos comunicarnos con el equipo que había concebido al proyecto para
constatar si lo que nosotras veníamos pensando no traicionaba las líneas pedagógicas, políticas y epistemológicas que ellos habían planteado.

Queremos rescatar el espíritu de la formación del área…

Yo te cuento, en el año 84 empecé a trabajar en la Escuela de Sanidad, primero como docente de trabajo social, luego me convocaron de Diagnóstico y Tratamiento para trabajar con ellos. En el 88', cuando asume Antonio Cafiero como gobernador, y comienza la gestión como directora de la
Escuela Superior de Sanidad, la Lic. Marta Santore, la Escuela hace un giro impresionante, viene gente de Buenos Aires, con otras ideas, con otra formación; se plantea toda una reformulación de la Escuela con nuevos conceptos maravillosos sobre salud, incluso con la intención de cambiar el nombre de la institución por Escuela de la Salud. Era un grupo de gente sumamente capacitada, lúcida, ideológicamente clara; fue una época en la que yo retorné a los sueños. Así que adherí desde lo más profundo de mis convencimientos a todo el proyecto. No obstante por algún motivo, Marta Santore me convoca de manera especial para formar parte de un equipo de formación de formadores para ir a trabajar en toda la provincia con los distintos planes y programas que proponía la gestión; incluso nos capacitamos con Juan Carlos Deviace, con Eduardo Pavlovsky, y otros psicoanalistas grupalistas de alta categoría. Y en ese tiempo, se gestó el proyecto CEBAS, de lo cual, los que trabajábamos en la Escuela, teníamos algún rumor pero en realidad no sabíamos nada. Luego viene la gestión de Cabano, un hombre que algunos tildaban de retrógrado, pero finalmente conservó cosas de la modalidad de gestión de Marta Santore, mantuvo el espíritu y reflotó el proyecto CEBAS. Y un día, sin saber que él conocía mi trabajo, me llama a su oficina y me dice que va a crearse el CEBAS 1 en el Hospital San Juan de Dios, y me ofrece la dirección. Y así fue que me hice cargo del CEBAS 1.

Luego, en el año 90' hicimos una fundamentación de por qué era necesario generar un área de coordinación provincial para conservar, sostener, intercambiar y acrecentar el espíritu del proyecto CEBAS, y ahí fue cuando Cabano nos dio un gran apoyo y se creó el área interdisciplinaria con médicos sanitaristas, pedagogas, trabajadores sociales y gente de educación. Ese fue el área con la cual nosotros luego hicimos el programa, los fundamentos, aprobamos todo en la Dirección de Escuelas, peleamos la capacitación docente.


¿Cómo comenzaron el trabajo en el CEBAS 1?


Empezamos a armar el equipo: en ese momento contaba con un enfermero que fue Juan Carlos Belmonte, que fue mi primer compañero en Enfermería, él era un referente del área; él ya había hecho una inscripción previa de alumnos, y un relevamiento de los hospitales. Yo siempre había
soñado en cómo sería una escuela si la tuviera que conducir. De manera que me remití a mis sueños, a mis propios ideales como directora. La vida me dio, sin buscarlo, la oportunidad de fundar una escuela. Y esta escuela tuvo mucho que ver no solamente con un contenido, sino que creo que los afectos también son ideológicos en términos de dónde se ponen los afectos, y creo que nosotros estuvimos muy atravesadas en cuestión del afecto en términos de pasión, de sentimientos, de compromiso y demás, en una causa que es la reivindicación de los trabajadores de la salud. Fundamos una escuela en donde los trabajadores hicieran algo que nunca pudieron. Imaginate que desde chiquita he leído a Juan Domingo Perón diciendo la Universidad para los trabajadores, el derecho de los trabajadores. Eso era algo maravilloso. Me sobrepasó.

Nosotros ya sabíamos, porque venía la cosa medio complicada…que el apoyo político no era gran cosa, era sólo de palabra; en la práctica siempre fue a pulmón en términos de siempre pensar qué podemos hacer para generar vínculos con el Departamento de Enfermería, con los directores de hospitales, siempre fue bastante artesanal. Probablemente porque nosotros no nos enganchamos con cuestiones políticas por fuera de la política de formación. De cualquier manera, con mucho orgullo el 1º de abril del año 90', con veinticuatro asientos, con un saloncito, otro saloncito donde llevamos las cosas de nuestras casas, fundamos en el hospital San Juan de Dios, con el apoyo de Sixto, que era el director del hospital en ese momento; con quien fuimos viendo después cómo nos las íbamos rebuscando en hacer que el hospital también nos fuera alojando, y no ser algo aislado. Todos eran logros absolutos, llenos de mística y emoción. Fueron muchas las luchas, infinitas. Yo creo que en ese sentido se ha perdido gran parte de lo que fue el proyecto, que si se quiere, tiene tanta validez como en ese entonces.

¿Considerás que cualquier docente puede ser docente del CEBAS? ¿Qué relación debe establecer
con ese alumno trabajador, adulto?

En el CEBAS 1, como Juan Carlos y yo estábamos en la Escuela de Sanidad, pudimos reclutar gente importantísima como Jorge Huergo, Franklin Pérez, sin pedir permiso a nadie, las designaciones las hacía el director… esta fue una lucha que traté de dar desde la coordinación, ya
que creo que un proyecto como este amerita que uno pueda seleccionar los docentes, porque no puede ir cualquier docente a los CEBAS; lo cual no quiere decir que uno no se pueda equivocar, ni todos los docentes que yo elegí a lo largo de quince años, fueran los mejores.

Los docentes deben establecer relaciones de muchos tipos. Relaciones ideológicas, porque este es un proyecto político que tiene que ver con la restitución de los derechos del que trabaja, y de los que no trabajan. Porque a lo mejor como me pasó a mí en los últimos años, me jubilé en el 2003, atravesé el 2000/2001, el desempleo, la crisis, la tercerización, la alienación del sistema público, la tristeza… todo eso me tocó a mí en el CEBAS. Y digo, tenés que tener, en principio una fuerte convicción ideológica, porque no es una escuela cualquiera, trabajar con trabajadores de la salud no es lo mismo, no es igual ser director de un CEBAS que de una escuela media cualquiera. Hay cosas en la que es igual: ser director en una escuela secundaria y un bachillerato para adultos, es lo mismo en cuanto a la concepción que tenés vos en relación a cómo gestionas la escuela ; pero, en relación a cómo formás, comprometés e implicás al docente, creo que hay una diferencia muy grande. Todo lo que fue pasando, el origen, la fundación y las primeras estrategias para que esto no se convirtiera en un bachillerato común, las fuimos pensando nosotros, siento que tengo que decir esto, que fue algo que tuvo una intencionalidad política, estratégica. El docente no puede ser
alguien que no entienda las articulaciones. La educación es trabajar para la salud y la salud debe ser trabajada desde la educación. No sirve de nada un docente que sea brillante, tenga un magíster en matemáticas, y ese docente no interpreta en verdad en qué medida esa disciplina va a aportar a la formación general de ese alumno que no es un alumno cualquiera, es un trabajador del sistema de salud público o privado. Porque ya se veía en el 2001, el sistema público está tercerizando varios sectores: la cocina, el lavadero. Y estos tercerizados tiene que estar incluidos; ellos son los que van a atender a los pacientes, sostienen el hospital.

¿Cómo pensaron el Taller de Salud Pública? ¿Por qué las prácticas son de acuerdo a los
años? ¿Por qué, epistemológicamente, lo organizaron así?

Trabajamos mucho en el programa, haciendo hincapié en el taller vertebrador de salud pública, que es el pulmón del CEBAS. Lo que fuimos aprendiendo, analizando, trabajando, leyendo, informándonos es ¿cómo es esto de recuperar el saber de los trabajadores? ¿Qué significa en realidad desentrañar esta práctica? No la cuestión de la técnica. Sino la práctica que implica esta técnica, pero que implica una forma de hacer esa técnica. O sea la praxis. Entonces el taller de salud pública en tanto vertebrador de las prácticas de los trabajadores fue toda una construcción a medida que iba analizando lo que los alumnos del CEBAS traían. Y con respecto a las prácticas en relación a los años, lo pensamos así pero no siempre lo hicimos así. Yo por lo general tenía consenso para lo que proponía, pero por ejemplo un año el CEBAS entero salió trabajar al barrio. ¡El CEBAS entero! El de 1º con el de 2º con el de 3º. Más allá que hubiera funciones específicas para cada uno, el CEBAS tomaba el barrio para sus prácticas, y eso tuvo un gran impacto. La inserción que tiene el CEBAS 1 en el Barrio Puente de Fierro es increíble. El CEBAS es un referente absoluto, permanente, todo lo que provenga de él es aceptado.

Por otra parte, no siempre estuvimos en el Barrio Puente de Fierro, fuimos tanteando; empezamos yendo a las unidades sanitarias, que para algunos era un ámbito desconocido. Luego incorporamos las salas de espera de los hospitales, hacíamos prevención.

¿Recibían demandas del barrio?


Siempre. Y eran demandas puntuales. Y las transformábamos, porque si respondíamos directamente a esa demanda, respondíamos a una cuestión técnica: vacunar; asistencialismo, reproduciendo el modelo. Entonces lo trabajábamos desde: ¿Qué significaba ir a vacunar? ¿Qué aprendía nuestro alumno cuando iba a vacunar? No iba solo a llevar el suero, sino que implicaba conocer a la gente, otras cosas de las personas, profundizar el vínculo con el barrio; saber cómo se hacía una convocatoria, cómo se hacían esos procesos de negociación. Y a pesar que algunos de nuestros alumnos también eran re humildes e incluso provenían del mismo barrio, cuando nosotros le planteamos qué podemos hacer, los incluíamos. Todo eso, había que trabajarlo. Y en cuanto a los talleres, nunca tuve un reparo en suspender una clase para hacer un gran taller; "acá estamos empantanados, ¿qué hacemos?" con alumnos y docentes; tipo asamblea. Y este tipo de estrategias, que yo imaginé siempre en una institución participativa y democrática, hizo que nuestras primeras promociones fueran lo que fueron. Nosotros tuvimos cuatro promociones que llevaron un sello maravilloso… esa posibilidad que el alumno, que era considerado verdaderamente un alumno, trabajador, alguien que sabía… lo que nosotros aprendimos del CEBAS lo aprendimos de nuestros alumnos. Y no fue un discurso y trató de no ser un discurso desde el área tampoco. Hicimos muchísimas capacitaciones; reuníamos a los equipos de conducción cuatro veces en el año, y se trabajaba sobre cómo era el trabajo interdisciplinario, la postura filosófica, diseñar talleres, cómo las asignaturas articulaban con los talleres de salud pública, cómo los aportes de cada asignatura aportaban a la formación de la práctica profesional. Los primeros CEBAS que se crearon tuvieron un espíritu muy similar y también en las prácticas. Y bueno, las instituciones somos las personas a su vez, y cada CEBAS tiene el sello de los equipos que lo conducen. Pero había un espíritu de cuerpo que era muy interesante en esa época. Entonces hicimos una fundamentación de porqué era necesario generar un área de coordinación provincial para conservar, sostener, intercambiar y acrecentar el espíritu de este proyecto, y ahí fue cuando el dr. Cabano nos dio un gran apoyo y se creó el área interdisciplinaria con médicos sanitaristas, pedagogas, trabajo social, educación. Esa fue el área con la cual nosotros luego hicimos el programa, los fundamentos, aprobamos todo en la Dirección de Escuelas, peleamos la capacitación docente.

Volviendo a la capacitación docente, ¿Que sentido
tenía esta capacitación para el docente?

Esa capacitación fue una lucha absoluta del área; el proyecto no podía funcionar sin espacios de encuentro. Entonces a cada docente se lo contrataba por las horas a cargo más dos horas de capacitación docente de carácter obligatorio. El que se integraba lo hacía bajo esa condición. Era claro el mensaje; el compromiso era muy grande.

Jamás estuvo destinada a trabajar problemas
de los alumnos, estuvo pensada para trabajar los problemas del docente y la práctica docente; pero el alumno no es objeto de la capacitación docente. En casa tengo trece o catorce biblioratos de capacitación docente, un material con el que siempre soñé poder dialogar y poder escribir sobre eso (es específicamente sobre el CEBAS 1). Es más, nunca suspendimos una capacitación docente; la hacíamos un sábado durante cuatro horas reloj. Entonces, la capacitación docente tuvo el sentido de un encuentro, porque es un trabajo interdisciplinario y talleres integradores y no podíamos pensarlo sin encuentros. De la interdisciplina requiere si o si de un trabajo compartido, y pedagógicamente partimos de la resolución de problemas. El núcleo era un problema que había que abordar, también para ponerle miradas diferentes.

Hacés una diferenciación entre la problemática
de los alumnos y la de los docentes ¿qué problemas de la práctica se trataban?

Se daban discusiones políticas, ideológicas,
acuerdos, desacuerdos, ¡se armaban líos también! Pero yo tenía el convencimiento que si les gustaba la docencia… y si no… esto es lo que hay.

Había que generar un ordenamiento, y vos
eras la directora…

Si. A mí me pasó, y creo que fue por que
todos realmente me consideraron auténtica, que no tuve resistencia en general; y también que uno va avanzando con los que más aportan; y a otros se le reconocen otras cosas. En fin, fue un largo proceso de encuentros. Empezamos trabajando con la pregunta ¿qué significa educación? Y sabés los líos que se arman cuando preguntás eso, o ¿qué entendemos por salud?, esas eran las grandes preocupaciones, junto con el entendimiento del proyecto. Y me atrevo a decir que muchas veces caíamos sobre lo mismo, creo que jamás abandonamos esta reflexión. No es algo que se aprende de una vez y para siempre; uno lo va modificando. Íbamos avanzando en esta apropiación de lo político, de lo epistemológico, de lo pedagógico.

En las capacitaciones docentes, faltaba
alguno y no era lo mismo; nos hemos escrito cartas de lo que significaba faltar a la capacitación. A mí nunca me interesó descontar económicamente una falta a esa actividad; quería que se entendiera que era otra cosa.

En relación a los alumnos, ¿Es lo mismo un
alumno que viene de la comunidad con uno que esté en el sector salud?

Por supuesto que no. Cuando nos desarticulan el Plan Integrado y abrimos a todos los trabajadores de la salud, que estuvo buenísimo eso, pero solo que pensamos ¿por qué no conservar el Plan Integrado para los enfermeros y que se abra paralelamente formación para los trabajadores de la salud? Porque el sr. que maneja una ambulancia, no maneja un camión de transportes de caudales; el sr. que barre, barre un hospital, limpian un hospital. Se perdió el Plan Integrado, terrible, eso hoy le permitiría al Ministerio tener un arma pedagógica y política maravillosa para recuperar enfermeros.

¿Cuál es tu reflexión sobre la docencia en
relación al CEBAS?

Considero que la vejez es biológica y de
espíritu… y hay gente que no es vieja, pero si lo es para algo, que ya no le interesa; o que termina haciendo un trabajo que tiene que ser siempre creativo, en una rutina.

Entonces si yo, cada vez que me encuentro
con mis alumnos, no siento que es un instante de vida que me otorga la posibilidad de enseñar, de aprender, de sentir, de querer, la educación no tiene sentido, pierde esa fuerza transformadora que puede tener. El CEBAS restituye la autoestima, otorga otras posibilidades de diálogo. Por eso la docencia es una práctica permanente de no escatimar esfuerzos.

Teresita
Cha
Psicóloga Laboral egresada de la UNLP,
especializada en Orientación Educativa y Ocupacional. Desde su creación en Noviembre de 1989, y hasta el año 2003 fue Directora del CEBAS N° 1 de La Plata (Hospital San Juan de Dios). Coordinadora Provincial del Área CEBAS de la Dirección de Capacitación de Técnicos de la Salud desde 1991 a 1995. Co-autora del Libro "Enfermería: Una estrategia pedagógica de profesionalización". Realizó presentaciones del Proyecto Cebas en numerosos congresos y jornadas nacionales e internacionales. Docente e Investigadora de la UNLP desde 1989, actualmente es Directora del Centro de Orientación Vocacional Ocupacional de la Facultad de Psicología. Docente de la Cátedra de Orientación Vocacional, Co-Directora de proyectos de investigación, extensión y voluntariado universitario en la temática de su especialidad.

Comentarios

Ale ha dicho que…
Teresita! Que lindo que nos cuentes como fue gestado el CEBAS. La verdad es que ahora valoro el doble el pertenecer a este lugar tan maravilloso.Gracias desde mi lugar de egresada!Los llevo muuy adentro de mi corazon!!!
Juan Carlos ha dicho que…
IMPRESIONANTE RELATO.QUE BUENO SERIA Q LOS ALUMNOS DEL CEBAS,Q NO ESTAN DE ACUERDO CON EL TRABAJO EN EL BARRIO,PUDIERAN LEER ESTA ENTREVISTA.
daniel lopez ha dicho que…
Para aquellos q protestan cuando van al puente de fierro.Esta entrevista,tendrían que conocerla todos los años del CEBAS.
MUY BIEN POR LA SEÑORA TERESITA.
Vivi... ha dicho que…
Cada dia que pasa, siento màs orgullo de formar parte de la Historia de està escuela!!!! que placer Señora.