En la esquina de tu barrio sellaste amistades de por vida o quizás alguien alguna vez te haya esperado ahí. Tal vez ganaste una carrera hasta la esquina y anduviste en bicicleta de esquina a esquina a toda velocidad.
Tu primer aventura pudo haber sido dar la vuelta a ella sin que nadie te acompañe, y algo de la vida lo aprendiste en una esquina. Seguramente alguna esquina sea parte de tu historia; porque sin duda, muchas de ellas han sido testigo de amistades, amores, desamores, encuentros, desencuentros, lágrimas, alegrías, tristezas, sueños y diversiones.Es así: ellas guardan cuentos, historias. Tangos y leyendas.
Porque las esquinas son una referencia y sobretodo son un punto de encuentro.
Es por todo eso que me di cuenta que en el CEBAS pasan las mismas cosas que en cualquier otra esquina. Te haces de amigos, compartis tus tristezas, te contienen, siempre hay una mano tendida para sostenerte desinteresadamente. Los profes están dispuestos a escucharte siempre, siempre.
Es por eso que yo lo elegí como esquina de encuentros, al CEBAS, mi segundo hogar donde aprendí que no hay edad para el aprendizaje "que siempre se puede". A Rubén Tocho no lo conocí en una esquina, lo conocí en este lugar, que es nuestro segundo hogar: el CEBAS
Leila Villarreal, 2º B
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