17 de agosto. Recordamos al Gral. San Martín

El viernes 15 de agosto, el CEBAS conmemoró una vez más el día del fallecimiento del Gral. San Martín. En el acto del turno mañana, los alumnos de 3º A y el ex alumno Javier Bustos tomaron la palabra. Estos son los textos que compartieron con los presentes: 

Reseña histórica del 17 de agosto de 1850

El 17 de agosto de 1850 muere José de San Martín. Tras pelear en España contra las tropas napoleónicas, regresó a su patria en 1812. Tuvo su primera victoria a favor de la causa de la independencia de América en el combate de San Lorenzo, al frente de los Granaderos a caballo. Más tarde, como parte de su estrategia de liberara Chile y Perú del dominio español, asumió la gobernación de Cuyo y organizó el Ejército de los Andes. Tras cruzar la cordillera obtuvo las victorias de Chacabuco en 1817 y de Maipú en 1818, que aseguraron la independencia de Chile. En julio de 1821 entró en Lima, Perú, y el 28 de ese mes declaraba la independencia de ese país. Tras la entrevista con Simón Bolívar en  Guayaquil y como consecuencia de las desavenencias con el gobierno de Buenos Aires decidió marchar a Europa. Era un hombre de pensamientos potentes y apasionados, con fuerza para obrar sobre los acontecimientos de una época trascendental para el país.
El General San Martín era un hombre de una alta moral; siendo el genio del desinterés personal, siendo la más alta expresión de la revolución sudamericana.
El carácter de San Martín se impone a la historia su acción se prolonga en el tiempo.
Fiel a la máxima que regló su vida “fue lo que debía ser” y antes de ser lo que no debía, prefirió él un perfil humilde y laborioso. Por eso pasó a la inmortalidad. El 17 de agosto se suma la figura del Libertador y Padre de la Patria, quien murió a los 72 años, lejos de América que ayudó a independizar. Era el 17 de agosto de 1850, en la localidad de Boulogne Sur Mer, Francia, donde había vivido sus últimos 20 años de vida, sin desconocer la situación política argentina y americana.

El legado eterno

Terminó su vida pendiente de su patria
lejos de todas la raíces más profundas
por la cual luchó superando la historia,
siendo en su accionar lo que debió ser
en su perfil humilde, grande y laborioso
que para siempre habremos de tener.

Fue la expresión de una alta moral
con la fuerza del desinterés personal,
superó grandes y heroicas batallas
con la figura del gran Libertador,
siendo en toda Sudamérica
la viva imagen de la revolución.

Su carácter se forjó por su genio
en las batallas contra el opresor,
trascendiendo a través del tiempo
luchando siempre por la libertad,
por estas enormes cualidades
ha pasado hacia la inmortalidad.

Seguramente desde el eterno ejemplo
en estos pasos de nuestro prócer,
camino a la esencia que ha sembrado
en cada conciencia del ser nacional,
las barreras podrán ser superadas
con un fiel reflejo de su honestidad.

Fue en Francia un día de agosto
nos dejó el más glorioso legado,
repleto de patrióticos principios
con orgullo siempre debemos llevar,
para estar vigentes a través de la historia
más allá del futuro que nos toque enfrentar.  


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