El Cebas N°1 fue a Tecnópolis

El Parque del Bicentenario conquistó definitivamente al grupo de alumnos del Cebas que lo recorrió el pasado 17 de octubre. 


Llegamos en un mediodía pleno de sol, las mochilas repletas de  bebidas, alimentos para el almuerzo y el infaltable  termo para los matecitos que nos acompañaron desde que el micro partió de la esquina de  27  y 70.
    La primer parada fue el bosque de los dinosaurios, increíbles réplicas que con sonido y movimiento nos trasladaron a millones de años atrás, cuando estos animales poblaron la Tierra. En el sector de Paleontología pudimos ver fósiles de dinosaurios y conocer cómo vivieron y cómo se extinguieron esas criaturas gigantes.
    En pequeños grupos fuimos seleccionando diferentes temáticas y actividades: las muestras sobre la evolución de la especie humana y la que proponía conocer nuestro cuerpo atrajo a muchos alumnos del Cebas. También hubo tiempo para conocer algo sobre la producción agroecológica y las huertas. El Insectario y el Acuario, con numerosas especies de mares y ríos,  despertaron mucho interés aunque no todos lograron visitarlos dada la multiplicidad de ofertas. 
    Lo trabajado  en el taller de Cultura y Salud se hizo presente cuando recorrimos instalaciones que reproducen escenas de la vida de las comunidades autóctonas: vestimenta, utencillos y máscaras, muchas de las cuales aún siguen vigentes en las prácticas de los pueblos originarios. Volvimos con  la satisfacción de haber podido apreciar el valor arqueológico de las piezas exhibidas, muchas facilitadas por el Museo de Ciencias Naturales de La Plata y de haber vivenciado el realismo de los muñecos de cera que representan numerosas prácticas presentes en la gastronomía, la medicina y la conciencia ecológica, entre otros muchos aportes que hicieron y siguen haciendo estos pueblos.    
     María Torres, alumna de 2° A, le escribió una carta al organizador de la salida, el profesor Marcelo Molina. Una de sus frases fue “gracias por regalarme este viaje, fue un lindo día”. Con Marcela Coca, su compañera, recorrieron los stands de Packa Packa, la Caverna de las manos y participaron de talleres donde pudieron fabricar ropa y componer música tecno.
     Tuvimos la posibilidad de jugar con preguntas y respuestas, de interactuar con la Ciencia y la Tecnología, de aprender  a partir de experiencias digitales. Marcos Heredia y Ezequiel Martins, muy jóvenes ellos, eligieron el espacio interactivo del primer satélite de comunicaciones argentino, el Arsat-1 y los simuladores para vivenciar  la sensación de volar en un avión por distintos puntos del país o manejar un auto en un circuito virtual. ¡Y también se animaron a operar las consolas de videojuegos matemáticos!       
    Varios egresados se sumaron a la aventura, entre ellos María Cristina Giúdice, nuestra querida “Tita”,  que resumió así su vivencia:  “fue una experiencia muy linda, vimos cosas muy interesantes y la pasamos muy bien . Somos un grupo de compañeros excelentes, y todos disfrutamos del viaje. Por eso les queremos agradecer  por haber tenido un día tan lindo”. 
    A Patricia Burrut, otra egresada que regresó al ruedo, la atrapó la industria médica, básicamente la ortopedia y las innovaciones a partir de la utilización del láser. “La tecnología puesta al servicio de las personas cuadriplégicas, a partir de pantallas de colores y sonidos un asistente terapéutico logra comunicarse con su paciente, eso me interesó mucho. Además vi una caladora programable portátil que hace tallados, dibujos en maderas blandas y otros materiales.   Autos ecológicos, que funcionan a electricidad con un cargador doméstico. Un aeroplano de 6 metros de largo, que transporta 50 kilos de mercadería...” decía Patricia, entusiasmada, y continuaba enumerando.
    Estela Maris de la Fuente, de 1° B, y otras alumnas que llevaron a sus niños, adivinaron con ellos qué instrumentos sonaban en la música que estaban escuchando. Una lúdica manera de educar el oído. Recorrieron plazas, teatros y salas de cine, donde los chicos se divirtieron y los grandes también. También tuvieron tiempo de  escribir poesía en forma colectiva, recorrer stands sobre orientación vocacional, cuidado del medio ambiente y energía.    
    La profesora Marisa Spínola nos acompañó en el viaje y pudo comprobar el aporte que la feria consiguió hacer para que los alumnos recrearan contenidos de Física, Química  y otras asignaturas que ella enseña. Marcelo Molina, docente de Ciencias Sociales, Educación Ciudadana y Problemática Social Contemporánea evaluó  positivamente el paseo: “Tuvimos una muy buena jornada, los alumnos disfrutaron mucho, tomaron muchas fotografías y Tecnópolis es un verdadero orgullo. La calidad de la planificación y las diversas actividades que se realizan constituyen algo notable”.
    La foto grupal muestra a treinta y cinco caras felices con la bandera de nuestro querido Cebas. Todo un testimonio.           


                      
                      

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