El Cebas, ese mate fraterno entrañable y extrañable

Por Jorge Estanga



Sin dudas un objeto que define de pies a cabeza al cebas es el mate. Primero y principal porque al mate lo “cebas”, pero más allá de esa inevitable y obligada asociación, creo q la analogía es incluso algunas cebadas más profunda.Un mate es encuentro, un mate es calidez humana, un mate es hospitalidad, un mate es una candente bienvenida. En este caso, estos mates, al igual que con las copas de un buen vino, al terminarlo uno inevitablemente tiende a decir “salud”. Cada mate en el cebas es “salud”. Es Salud, es saludo. Salir y venir. Es haber compartido lo dulce, lo amargo, lo lavado, lo fuerte, y por qué no, compartir el mate por el mate, en épocas en las que no hubo ni para la yerba.El Cebas es eso y no solo eso. El cebas es más y a la vez es eso. Sea como fuere eso fue lo primero que nos encontramos con mi amigo Evaristo, cuando entramos por primera vez al cebas. De allí la segunda parte del título. Esa fraternidad es difícil de olvidar, al igual que los buenos vinos, y que los buenos mates, uno siempre quiere volver a esos sitios en los que se pudo encontrar, en aquellos sitios en los que como dice la frase, se amó la vida.Pido disculpas si la primera analogía que se me viene a la cabeza es la de un bueno vino añejado, sabrán entender que no se trata de una cuestión de edad, sino de consistencia, de calidad del contenido por sobre el envase. En el cebas hay seres humanos de buena sepa, hay calidad y calidez. Hay buena madera.Y quiérase o no, nosotros arribamos, interceptamos las rectas de sus vidas en el momento del brindis, en el momento de cierre. Llegamos para el postre, llegamos para quedarnos solamente con las primeras cuatro letras: “ce-bá”. De hecho, eso fue lo que nos dijeron: “acá esta el mate, vos cebá”. Y como buenos psicólogos, supimos entender que detrás de ese cebá (de cebar), había también un “Se-Va” (de irse)…
Por que como todos y cada uno de los que han transitado por este hermoso lugar, en
algún momento, la gente “se-va” del cebas.
Debo admitir que si nos costó a nosotros, habiéndolas visto tan sólo 3 veces, irnos de allí, no quiero ni imaginar lo que debe ser, pensar en el egreso habiendo estado varias primaveras caminando por esas aulas.
Pero un poco para eso hemos sido convocados, para transmitirles que como bien les hemos dicho, las puertas están para eso, para abrir caminos, para despegar, para accionar esas bisagras que tienen esa forma, esa función y ese sentido: de adentro hacia afuera. Las puertas esconden muchos sentidos y muchas enseñanzas. Hay que aprender de ellas.Las puertas nos enseñan que no existen los caminos correctos e incorrectos, existen
sencillamente los caminos, y hay tantos como puertas uno se anime a abrir. A su vez nos indican que los cierres son ilusiones, por que cuando creemos estar cerrando una puerta, en realidad en simultáneo se están abriendo tantísimas otras. Al igual que una línea de llegada es a su vez una de partida. A veces está bueno darse cuenta que cuando uno cree que llegó “al cielo” en la rayuela, es cuestión de darse vuelta y ese cielo es “la tierra” que nos impulsará hacia un “nuevo cielo”.
La vida es eso. Es puro devenir, es líneas constantes de inicio y de llegada, es ir y venir, es arrancar y llegar, alcanzar y perseguir. Es trama y desenlace.
Sin dudas hoy están aquí, en este escalón, por que han sabido seguir y perseguir eso que alguna vez soñaron. Porque evidentemente habrán cebado incontables mates en noches largas de estudio o mañanas tempranas en las que recién salía el sol. Fueron perseverantes, no se dejaron llevar por los juicios o prejuicios, hicieron oídos sordos a los tantos “vos no vas a poder” con los que se habrán cruzado.
Y si bien hoy egresan del cebas, hoy el cebas también egresa de ustedes. Para hacer lugar a lo novedoso, hay que ser capaces de desprenderse de lo anterior. Por eso si en algo estamos de acuerdo, es en que a partir de hoy, tienen que ser capaces de irse del cebas y de dejar que el cebas se vaya de ustedes. No en un sentido pesimista, dramático u apocalíptico. Muy por el contrario, en un sentido superador. Es hora de mirar hacia adelante, sabiendo que las raíces son para ello, para darnos el punto firme desde el cual partir, desde el cual hay mirar al horizonte. Nuevos desafíos los esperan.
Sin dudas no son cualquier promoción de egresados, son “egresados del Cebas” y eso conlleva un plus, un orgullo y una responsabilidad. Porque el cebas es haber terminado la secundaria de la mano de mi mamá, el cebas es estar cursando en el mismo aula en la que mi hija hace un dibujito, el cebas es que me venga a buscar mi marido y se quede a tomar un mate, el cebas es la impronta inconfundible de Teresita Chá, es los abrazos de la portera, el buen día de los que limpian, las buenas tardes de cada profesor, la calidez de Verónica, el cebas es gente como Tita…
Por eso mismo, y para no extenderme mucho más, les queremos agradecer por habernos dejado ser parte de esta ronda interminable e inolvidable de mates.
Freud cuenta en uno de los textos más bellos que ha escrito, (“La Transitoriedad”),
que había un poeta que admiraba la hermosura de la naturaleza, pero que no llegaba a regocijarse por completo de ella, porque sabía que toda esa belleza estaba destinada a desaparecer.
Le parecía carente de valor por ser transitoria, por ser pasajera. Freud le discutió al poeta pesimista explicándole que porque sea transitorio, por que tenga “fecha de vencimiento”, no dejaba de tener valor, al contrario, eso hacía que aumentase su valor. En palabras textuales le dijo:
“La restricción lo torna más apreciable. La hermosura de la naturaleza, tras cada destrucción por el invierno, vuelve al año siguiente, y ese retorno puede definirse como eterno en proporción al lapso que dura nuestra vida. A la hermosura del cuerpo y del rostro humanos la vemos desaparecer para siempre dentro de nuestra propia vida, pero esa brevedad agrega a sus encantos uno nuevo. Si hay una flor que se abre una única mañana, no por eso su florescencia nos parece menos esplendorosa.El valor de todo lo bello está determinado por lo que significa para nuestras vidas, no hace falta que sobreviva y es por lo tanto, independiente de la duración absoluta”.Por eso les aconsejamos que antes de escribir esta última página, se acuerden de cada profesor que pasó por sus aulas, que hagan memoria de ese primer día de clases, que recuerden a todos y cada uno de sus compañeros, que se fijen en todos los esfuerzos que los llevaron hasta acá, que cuenten la cantidad de sacrificios que han realizado, que no olviden los momentos de diversión, las reuniones, los viajes, las salidas, y los mates después de cursar.
Es importante que retengan todos y cada uno de esos instantes antes de escribir esta última estrofa, aunque sin darse cuenta, cuando quieran agarrar esa lapicera y empezar a escribir, esta historia ya estará terminada. Esta obra ya estará concluida. Porque no hace falta seguir escribiendo, ya que todo lo bello es transitorio, y por ser transitorio es enormemente valioso.
Este termo de palabras de despedida se ha quedado sin agua, así que no tengo más que

agradecerles, y decirles, “acá te devuelvo el mate, ahora cebás vos”…


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